Es la cosa más
complicada del mundo. Encontrar a otro ser humano con quien realmente poder ser
honesto, sin tener miedo a que eventualmente todo eso que has derramado llegue
a ser tu peor enemigo.
Hace unos días me
di cuenta, que ya no existe una persona en este mundo a quien pueda confiarle
mis más grandes miedos o ilusiones. Por un momento me pregunte lo fácil que es
dejar que te lleve la tristeza a todos lados, al pasado, al futuro.
Entonces miras el
pasado con melancolía y al futuro con desesperanza. Te preguntas si estarás
bien solo, porque al final de cuentas, así como vamos a morir todos. Solos.
Yo soy una de
esas personas pesimistas, probablemente mi historia no sea entretenida, pero mi
terapeuta me ha dicho que, si no puedo decírselo a nadie, entonces debo
escribirlo. De lo contrario me voy a perder y no estoy segura si pueda volver
una vez que me allá perdido.
Así que, estimado
lector, en este escrito vas a encontrar de todo, menos una historia entretenida
y feliz. Porque no estoy muy segura aún como es que, termine siendo un completo
desastre.
Amo los días
ocupados, cuando tienes un día ocupado no tienes tiempo de sentir, el trabajo
te consume y terminas tan cansado que llegas directo a dormir, no sueñas, no
tienes pesadillas, no tienes insomnio.
Cuando mi padre
falleció ame estar ocupada, tan ocupada, haciendo de todo, no sintiendo nada.
Fue bueno, lloré porque mi madre lloraba, me dolía verla triste, pero no quise
hacer nada más. Luego tuve problemas con mi periodo, el doctor me dijo que
podía ser psicológico, que tenía que ir a terapia, en especial porque a veces
me daban ataques de ansiedad.
Incluso hasta hoy
no me he permitido llorar por mi padre. La verdad creo que si lo permito me voy
a volver loca, no creo poder soportar todas esas emociones.
Por eso mis días
favoritos son aquellos en los que estoy tan ocupada y tan estresada que no
puedo pensar en nada más. Algunas personas piensan que soy adicta al trabajo,
que soy una persona que no tiene vida social. No se equivocan, como podría
permitirme sentir algo, sería lo peor.
Me gusta la música, los gatos y el café. Soy un cliché
de la melancolía. Me gusta leer libros de aventura y fantasía, y también con un
poco de romance. Amo las series que tienen algo de gore en su trama, últimamente
las películas de terror son mis mejores amigos. No tolero tomar alcohol, la
verdad es que creo que el alcohol me haría perder el control, no puedo por
ningún motivo permitirme perder el control.